No hay tal cosa como un videojuego apolítico
Hogwarts: Legacy salió al mercado y como todos esperaban, el juego es un éxito. Alrededor de su lanzamiento ha existido un circo mediático con las reseñas; que si es moralmente correcto reseñarlo o no; que si las reseñas deben de mencionar las posturas transfóbicas de J.K. Rowling o no, etc.
La industria de los medios digitales y particularmente los medios de videojuegos, es bastante precaria. No hacer una reseña y más aún; una guía, es un lujo que no todos los sitios se pueden dar. Dentro de este circo de reseñas no ha faltado el alarido que casi siempre viene de derechistas ex-Gamer Gaters que dice “Mantengan su política lejos de mis videojuegos y más lejos aún de las reseñas”.
Pero a esas personas les tengo una noticia: les guste o no, todo el arte es político y al ser los videojuegos arte todos los videojuegos son políticos. Aprovechemos que gracias a Hogwarts: Legacy este tema está fresco en la mente de la gente para explicar esto con peras y manzanas.
Cuando alguien dice “Mantengan la política lejos de mi arte” o “de mi entretenimiento” lo sepan o no, lo que están diciendo en realidad es “No se quejen del estado del mundo en este juego que voy a jugar, película o serie que voy a ver y libro o cómic que voy a leer”.
El simple acto de crear cualquier obra artística es un acto político y lo podemos ver en dos dimensiones:
Puedo crear arte que no critica al sistema.
Puedo crear arte que es una crítica al sistema; en su totalidad o algún elemento particular de él.
Por ahora no vamos a indagar en el punto número dos; cuando creamos arte que critica al sistema son obvias las maneras en las que esa obra es política. Vamos a explicar cómo y por qué crear arte que no critica al sistema, aunque puede ser percibido como un acto “apolítico” es también un acto político.
Crear arte, crítico o no, requiere de recursos. Los únicos dos recursos que tenemos disponibles para crear arte por la manera en la que está organizada la sociedad son tiempo y dinero.
Para poder vivir en la sociedad necesitamos dinero; dinero para comprar alimento, dinero para pagar una renta o comprar una casa, etc. Si no ganaste la lotería de nacimiento que implica nacer en una familia adinerada lo único que tienes para vender y poder ganar dinero que necesitas para sobrevivir es tu tiempo.
Cuando uno está empezando su carrera artística, es decir, antes de que nuestro arte sea redituable, la realidad es la siguiente: tenemos que dedicar tiempo para crear nuestro arte, pero el tiempo que usamos en crear arte es tiempo que no podemos usar en vender nuestro tiempo para ganar dinero.
Además nos encontramos en una situación difícil: nuestro arte no es atractivo para el consumidor hasta que llega cierto grado de refinamiento, para ello necesitamos experiencia, experiencia que conseguimos dedicando tiempo a nuestro arte.
La conclusión es la que sigue: el arte que existe en este mundo es resultado de que las personas con los recursos suficientes para que el artista pudiera subsistir en la sociedad le asignaron recursos a ese artista mientras se dedicaba a crear su arte.
Existen tres maneras de conseguir esos recursos para literalmente no morirte de hambre y frío mientras creas tu arte antes de que tu arte te permita ganar dinero:
Haber nacido en una familia adinerada; es decir, por la suerte de tu nacimiento tener suficientes recursos familiares como para no tener la necesidad de ganar dinero para sobrevivir.
Convencer a alguien con dinero de que te dé dinero para que puedas sobrevivir con la promesa de darle alguna ganancia en el futuro.
Dividir tu tiempo de manera eficiente para que ganes suficiente dinero para sobrevivir con el tiempo que vendes a otras personas dejando suficiente tiempo y energía en tu día para poder crear arte.
Las cosas funcionan así por el status quo social en el que existimos; cuando decimos status quo nos referimos literalmente al “estado determinado” de la realidad, la manera en la que las cosas están organizadas y operan, las causas y consecuencias de las cosas que suceden o no en la sociedad.
Las personas que determinan el status quo son las personas con poder y por la manera en la que está organizada la sociedad quienes tienen poder son usualmente las personas que más dinero tienen; no necesariamente los representantes gubernamentales elegidos de maneras democráticas o pseudo democráticas.
Siguiendo esta línea, son a esas personas o a alguno de sus representantes a quienes tenemos que convencer de asignarnos recursos económicos para poder dedicarnos a nuestro arte; esto nos obliga a hacernos la siguiente pregunta: ¿Por qué estas personas tienen estos recursos en primer lugar?
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Para responder esta pregunta tenemos que hablar de dos temas que en realidad son el mismo tema y que incomoda a muchas personas: el colonialismo y el imperialismo.
El mundo, a grandes rasgos, se puede dividir en el “Sur global” y en el “Norte global”.
Básicamente el mundo se divide en: naciones colonizadoras y naciones que fueron víctimas del colonialismo o que fueron conquistadas por un poder imperial.
Dicho de otra manera; naciones cuyos recursos fueron extraídos y usurpados y naciones que se enriquecieron con los recursos de otras naciones.
Ya sé que me he ido muy lejos, pero de nuevo mi intención es explicar por qué todo el arte es político con peras y manzanas.
Las naciones imperiales, con el mundo conquistado, empezaron a construir estructuras sociales, estructuras e instituciones diseñadas para reforzar su posición de fortaleza. Estructuras diseñadas como sistemas de opresión para que el que tiene menos siga teniendo menos y para que el que tiene más cada vez tenga aún más.
Ha habido revoluciones, protestas, sindicatos, organización social para construir un mundo más justo y hemos tenido victorias como la jornada laboral de ocho horas, pero también hemos tenido fracasos como la manera en la que en la Guerra Fría Estados Unidos derrocó gobiernos electos democráticamente en América Latina.
Al final del día, al día de hoy, la realidad es la siguiente: las personas con recursos y poder son en su mayoría descendientes de quienes se han beneficiado de la violencia sistémica que comenzó con el colonialismo y el extractivismo o en su defecto.
Todo el arte es político porque para crear arte necesitas recursos económicos, recursos que por injusticias históricas están repartidos de manera desigual. Recursos que se reparten o acumulan según las políticas públicas que quienes están en el poder diseñan y empujan.
No existe arte apolítico porque la existencia de cualquier obra de arte es producto de las políticas públicas que le permitieron al artista tener los recursos para trabajar en ese arte en primer lugar.
La razón por la que es más fácil hacer arte en Estados Unidos, Europa o Japón que en cualquier país de América Latina o África es porque gracias a los recursos que esas naciones imperialistas extrajeron de las naciones colonizadas, esas naciones se pueden permitir el lujo de financiar artistas.
En consecuencia el artista que depende del status quo para tener los recursos suficientes para poder dedicarse a su arte y que crea arte que no es crítico del status quo en realidad lo que está haciendo de manera implícita es decir que el status quo es la manera buena y correcta en la que deben de funcionar las cosas.
Cuando una película romántica usa los prejuicios y estructuras patriarcales para contar su historia, sin señalar como tal, lo que está diciendo es que los prejuicios y estructuras patriarcales son normales y necesarios en las historias de amor.
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Para propagar su propia narrativa el status quo requiere que existan excepciones; para que cuando alguien diga “¡Oye! Es injusto que no pueda dedicarme al arte si no nací rico o si no convenzo a alguien rico de que me permita hacerlo” los defensores del status quo puedan señalar a la excepción y decir “Mira esas personas que hipotecaron su casa y gracias a eso cumplieron sus sueños artísticos” o “Mira esa persona que nació sin privilegios y se dedicaba a su arte mientras era cajera en un McDonalds hasta que pudo salir adelante”.
Pero por cada historia como la de los creadores de Cuphead que hipotecaron su casa para poder hacer su sueño, hay cientos de historias de gente que perdió su casa tomando esos riesgos. La historia de los creadores de Cuphead no es una tierna narrativa inspiracional, es una falla en la red de seguridad social, un fracaso de políticas públicas. Querer dedicarse al arte no debería de ser una decisión que pone en riesgo mi capacidad para sobrevivir, tener techo o no pasar hambre.
Y si cientos de personas perdieron su casa intentando, ni hablemos de los cientos de miles que aspiraban a poder dedicarse al arte pero no tienen ni una casa que hipotecar, ni una conexión adinerada para que los pueda financiar, ni experiencia para accesar a becas, ¡vaya, ni dinero para comprar materiales!
Antes de terminar voy a repetir la conclusión anterior: La existencia de cualquier obra de arte es producto de las políticas públicas que le permitieron al artista tener los recursos para trabajar en ese arte en primer lugar.
Esta conclusión nos deja claro que el arte “apolítico” no existe, critique o no al status quo.
Por supuesto que esta conclusión también aplica para los artistas que usamos nuestro arte para criticar al sistema; pues quienes lo hacemos también vivimos en el sistema.
No importa si tu obra es Paddington o Parasite, Cruelty Squad o Hogwarts: Legacy, todo el arte, por el simple hecho de que existe: es político.
Ignorar esto solo porque nos incomoda o nos reta solo nos deja con un discurso público mucho más débil, sin mencionar que es lo que más le favorece a quienes tienen todo el poder dentro del status quo.
Y mira, si te defines a ti mismo como un “aliado” de las personas trans pero aún así jugaste Hogwarts: Legacy porque tu amor por Harry Potter es demasiado grande, no te juzgo.
Los seres humanos somos contradicciones, la coherencia ideológica entre lo que piensas y cómo vives es una meta inalcanzable, a menos que estés en completo acuerdo ideológico con todos los sistemas de opresión a los que nos somete el capitalismo. Somos seres complejos con infinidades de motivaciones y deseos compitiendo en todo momento, intentando sobrevivir en un sistema que nos quiere generando capital o muertos.
No tiene por qué incomodarte o intimidarte la realización de que todo el arte es político. Si te incomoda, si te confronta, mejor úsalo como oportunidad para reflexionar y preguntarte, ¿por qué?
Si tienes privilegio, no eres una mala persona por haber nacido dentro de él. Lo importante es que lo uses para construir mesas más grandes y no paredes mas altas, con especial atención a todas las personas que han sido víctimas de injusticias históricas.
Ignorar la realidad no la va a cambiar, reconocerla, enfrentarla y resistirse a ella diariamente, tal vez tampoco lo haga, pero al menos es un primer paso.
¡Eso es todo por hoy amigues!
Cuando iniciamos este blog les prometí que cada correo intentaría tocar tres temas; pero la verdad es que escribir este ensayo fue muy desgastante y me consumió más de tres veces el tiempo que le he dedicado a las ediciones anteriores de Amigo Nerd. Así que por hoy, la dejaremos aquí.
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