Los retos de experimentar arte que se origina en las periferias
Final Fantasy XVI es un espectáculo increíble, pero el combate me recuerda más sus fallas que sus méritos.
Fue por ahí de 2018 - 19 que empecé a cuestionar de donde venía el arte que estaba experimentando, en un análisis informal de mi consumo me di cuenta que la mayoría venía del lugar más obvio y esperado: hombres blancos de mediana edad que viven en el norte global.
En ese momento tomé la decisión consciente de empezar a buscar más arte que viniera de las periferias. Comics de autores latinos, novelas de autores afroamericanos o sudasiaticos, etc.
Editoriales como Odo, podcasts como Waypoint Radio (ahora Remap) y uno que otro follow estratégico en Twitter me ayudó mucho a lograr este cometido.
Obviamente hay obras que me gustan más, obras que me gustan menos, pero siempre intento hacer el ejercicio de empatía para entender de dónde vienen y los contextos que informan las narrativas, más que nada; siempre intento tener en mente que cuando estoy leyendo estas obras lo hago también para expandir mi propia capacidad empática, exponiendome a ideas, narrativas, perspectivas y opiniones que son ajenas a mi realidad.
Hace unos meses tome una vacación de descanso en Merida, mis vacaciones perfectas son estar en la playa o en la alberca, pasando tiempo con mi esposa, jugando videojuegos y leyendo, así que me arme de unos buenos libros y unos buenos comics para esa semana; entre ellos estaba la compilación de Mañana: LatinX Comics from the 25th Century y Friday Black de Nana Kwame Adjei-Brenyah.
El primero, una recopilación de comics cortos escrita, editada y dibujada por artistas latinos y el segundo una colección de cuentos de un autor Afroamericano.
Al leerlos me descubrí a mí mismo cayendo en algunas trampas de juicio que he visto son muy comunes al experimentar arte que proviene de la periferia. Creo que me ayudó mucho el leerlos durante una vacación, donde me daba el tiempo de permitirle a las historias marinar en mi cabeza y corazón después de leerlas, sin la prisa de regresar a trabajar o algo así.
Primero; en varias de las historias de Mañana me descubrí pensando “Ughj, esto es aburrido/muy cliché/nada creativo/ ya se ha visto antes” y me atrevi a preguntarme ¿por qué estas pensando/sintiendo esto?
La conclusión a la que llegué es la siguiente: Si, muchas de esas historias se apoyaban mucho de clichés, pero eso no tiene nada de malo. Si un autor latino quiere escribir una historia con un personaje idéntico a Indiana Jones o Hercule Poirot con la única diferencia de que el personaje es latino, eso está bien.
Como una minoría que tiene poca representación en las industrias creativas los latinos nunca nos hemos visto representados en este tipo de personajes; el simple acto de crear a un personaje dentro de un arquetipo que te gusta o admiras, pero con tu color de piel es un acto de rebeldía y resistencia. Te estas regalando a ti mismo y a tu comunidad la oportunidad de verse por primera vez en ese tipo de personajes y eso me parece admirable.
En segunda instancia, al estar leyendo uno de los cuentos cortos de Friday Black me encontré con que últimamdamente no lo entendi. Lo releí, hasta tres veces y simplemente no entendía el punto del cuento.
Mi primera reacción fue desestimar la obra, calificarla como algo mal escrito, mal estructurado o aburrido; venci la pereza intelectual y me rete a ir más allá, a cuestionarme si este era en verdad el caso. ¿Cómo puede existir un cuento así en un libro lleno de cuentos extraordinarios?
Al final concluí que lo más probable es que en realidad ese cuento en especifico no me estaba hablando a mi, el contexto que reflejaba era tan ajeno a mi realidad cultural que me faltaban muchas herramientas para entenderlo y cacharlo, el cuento me estaba excluyendo y eso no tiene nada de malo.
Me parece que caí en algunas trampas de juicio en las que he visto que luego mucha gente cae a la hora de juzgar arte que viene de la periferia.
1. Tendemos a ser mucho mas exigentes con los autores y artistas que provienen de un entorno marginado o minoritario.
¿Por qué sucede esto? Primero creo que caemos en el pecado de tener expectativas excepcionales de las personas pertenecientes a una minoría que logran salir adelante en contextos y estructuras diseñadas para excluirlas; la industria del entretenimiento siendo un gran ejemplo de una estructura así.
Ponemos en los hombros de estas personas la responsabilidad de no solo hacer un trabajo bueno, si no uno excepcional y es que caemos en el creer que si esta persona que ya rompió las barreras de exclusión triunfa, las puertas quedarán abiertas para las demás minorías marginalizadas que han estado buscando su oportunidad.
Me parece una injusticia de lo más grave, pues le estamos exigiendo excepcionalidad a alguien que por la misma manera en la que el sistema está organizado, ha tenido menos experiencia y menos oportunidades.
Con las obras que provienen de una periferia debemos de ser más permisivos y más empáticos, no más juzgones ni exigentes.
2. A las obras que provienen de la periferia les exigimos o una perfección estructural o una visión completamente original.
Esta es la segunda injusticia que creo como consumidores perpetuamos; cuando alguien de un contexto marginal o periférico logra publicar su obra, le exigimos que sea una visión completamente novedosa y original; pues si logro superar todas las injusticias estructurales que no querían ver su obra publicada ha de ser por que su visión es tan única y tan original que no había fuerza que la pudiera detener.
Si no tiene una visión novedosa, le exigimos que estructuralmente sea perfecta, que sea accesible para todo público y no tenga ningún error o vicio. Es lo mismo, inconsciente sabemos que lxs autores periféricos se enfrentan a muchas trabas para lograr sacar su obra adelante, entonces si lo lograron, la obra debe de ser perfecta.
Es nuestro deber revelarnos contra estos prejuicios.
¿Por qué le exigimos más a los que menos oportunidad tienen y por qué permitimos tanta mediocridad por parte de las personas que acumulan todas las oportunidades?
Lxs autores que creamos desde la periferia debemos de reclamar nuestro derecho a la mediocridad, nuestro derecho a la inexperiencia, si tanto hombre blanco mediocre ha tenido segundas, terceras, cuartas y cuantas oportunidades necesito para salir de su mediocridad, todos los que creamos desde la periferia merecemos ese mismo derecho.
Y aunque la responsabilidad individual como fuerza para cambiar el mundo es un mito terrible; creo que al menos en este caso debemos de empezar ahí. Celebrando y alzando las voces que vienen de la periferia, comprando sus obras, recomendandolas y experimentándose con la empatía de perdonar sus fallos y entender sus intenciones, reconocer que la siguiente y la siguiente obra va a ser superior, pues es solo a través de la experiencia que podemos mejorar como autores, sin importar el medio en el que nos desarrollamos.
Espero que esta pequeña nota les inspire a buscar más arte que venga de las periferias.
En verdad, en este tiempo desde que me rete a buscar estas obras, he descubierto muchísimas joyas y quiero leer los terceros libros de estos autores y jugar los quintos juegos de esos creadores.
Fi-Tech: Robolution, ciencia ficción Mexicana en forma de cómic.
Disfruta de este teaser animado creado por INDEMA Collective
Si estás buscando una obra de ciencia ficción creada desde una periferia ¡vaya que te tengo buenas noticias! Fi-Tech: Robolution es mi cómic de ciencia ficción y acción; se publica de manera digital en su sitio web, pero ya contamos con dos volúmenes impresos que reúnen los primeros seis capítulos de la obra.
¡Espero que te des la oportunidad de leerla, amarla y recomendarla!
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El espectaculo de Final Fantasy XVI es increible, aunque su combate no esta a la altura de sus ambiciones narrativas.
Resiento mucho a Dark Souls y a Demon Souls, uno de mis géneros favoritos de videojuego son los Hack and Slash, que fueron muy populares durante la época del Xbox 360 y el PS3.
Ninja Gaiden, Devil May Cry, ustedes saben de cuales hablo. La sociedad capitalista, al ser de naturaleza reaccionaria, abandonó este tipo de juegos para crear un sin fin de “Soulslikes” después del increíble éxito económico que tuvo From Software con este tipo de juegos.
Es un gran regalo cada vez que la vida y la industria nos regalan un nuevo juego de este genero. Los JRPG’s es otro genero de videojuego, que aunque me encantaba en mi infancia, empezo a aburrirme en algun momento, por eso cuando empezaron a salir los trailers de Gameplay de Final Fantasy XVI me lleve una muy agradable sorpresa.
¿Acaso los JRPG’s serian el caballo de Troya en el que los Hack N’ Slash regresarian?
Conforme se revelaba mas del juego, mas me emocionaba. Las invocaciones ahora serian Eikons, basicamente Kaijus que tu personaje podria controlar en luchas en tiempo real. Y el combate, dios mio, el combate parecia ser la cosa de la que mis sueños estaban hechos.
Se revelo que el director de combate era Ryota Suzuki, diseñador de combate de Devil May Cry 5 y en una entrevista hasta menciono que consideraba el sistema de combate de Final Fantasy XVI “su obra maestra”
Los Stonks de mi hype estaban por los cielos.
Llegó el día de lanzamiento y con mucha ilusión empecé a jugar. Los valores de producción, como era de esperarse, estaban por los cielos.
Cada escenario que he explorado es hermoso y lo acompañan melodías que es un deleite escuchar. Me encanta jugar con audífonos y caminar lento por esos espacios, hasta lo encuentro relajante.
Las escenas cinemáticas, y el juego tiene más de diez horas de ellas, son impresionantes y no le piden nada a las más grandes producciones de Hollywood.
La calidad de la historia también es bastante buena, la promesa que hizo este juego sobre el nivel de espectáculo que iba a entregar se cumplió con creces, pero para mi sorpresa y tristeza, la promesa que hizo respecto a la jugabilidad de acción, me dejo a deber.
Y no es solo que el juego tiene una dificultad bastante sencilla, a veces rayando en lo trivial, es el nivel de desconexión que me genera la epicidad de lo que sucede en pantalla comparado con lo sencilla que es la experiencia de juego que estoy teniendo con el control en mis manos.
Es increíble ver a Ifrit pelear en tiempo real contra Garuda, el intercambio de golpes es verdaderamente épico, pero lo que está sucediendo en mi control es solo picar cuadrado, círculo o equis en ritmos predecibles y repetitivos.
La emoción que veo en pantalla no la vivo también en el reto que esperaría el juego me presentara al jugarlo.
Llevo unas doce horas de juego y tengo toda la intención de ver Final Fantasy XVI hasta el final (o hasta que llegue Armored Core VI y me distraiga), pero para mi cuando le voy a dedicar mi tiempo a FFXVI me pongo más en el espacio mental de disfrutar una buena serie de televisión que un buen videojuego.
El problema no es FFXVI, el problema son las expectativas que yo tenía hacia él. Eso lo entiendo, no me queda más que esperar el nuevo DMC de Capcom o que Stellar Blade en verdad me de la experiencia que Bayonetta o Ninja Gaiden me daban en su momento. En fin, tal vez los Hack N’ Slash ya no sean tan populares, pero eso solo hace que sea más especial cuando llega uno de ellos a nuestra vida.
Este video sobre masculinidad toxica me hizo llorar.
Los hombres también necesitamos y merecemos ternura; ve y dale ternura a todos tus amigos hombres. Agarrales la mano, hazles piojitos, todo eso.
He de confesar que antes cuando recomendaba a uno de mis autores mexicanos favoritos, siempre lo hacía con la muletilla de "pero tampoco es la gran cosa", quitando el mérito a una persona que ha dedicado tanto de si mismo en obras que yo disfrutó con tanto amor.
Me dieron ganas de seguir escribiendo esos cuentos que tanto postergo por no ser "tan buenos como el lugar donde me inspiro".
Por cierto, en aras del tema, recomiendo jugar "Dodgeball Academia", un grandioso juego brasileño que me hizo reír y sentir muchísima ternura por un deporte que me va y me viene.